Aprovechando
estos días “feriados”, me di a la tarea de revisar una misteriosa caja con
libros, que por alguna razón estaba sin abrir, producto de alguna mudanza no
muy reciente.
Empecé a ver los algo “viejos” y apolillados libros, algunos de
ellos ya medio deformados por la humedad, otros con las páginas pegadas.
Mientras los hojeaba, descubría que varios pertenecían a mi época de estudios
preparatorianos: ya saben, de ciencias básicas, uno que otro de humanidades,
diccionarios de sinónimos y antónimos… etc.
Sin
embargo, uno de ellos acaparó mi atención, pues había un separador plastificado
entre las páginas de uno de ellos; es decir, hace aproximadamente 20 años,
había empezado la lectura de ese libro, pero por alguna razón ya no terminé de
leerlo. Es un libro titulado El Estado
Nuclear, de un físico llamado Robert Jungk.
Supongo que no era “casualidad”,
sino más bien “causalidad” que me topara con esta publicación justo cuando
acabo de reseñar El libro Negro de las
Marcas, y estoy por leer el de Fair
Game (sí, en el que se basaron para adaptar al cine la película “Juego de
Traiciones” o “Caza a la Espía”, con Naomi Watts y Sean Penn en los roles
estelares.)
Retomar
esta lectura interrumpida hace 20 años, de un libro publicado hace 3 décadas,
fue literalmente, un “viaje en el tiempo”; pues este libro de R. Jungk, fue
escrito en 1977, antes de la caída del muro de Berlín, la ruptura de la Unión
Soviética, la boda de Lady Di y por supuesto, el (no tan) misterioso y trágico 9/11.
Destaca
la a veces, idealista y otras veces francamente marxista narración en torno a
los hechos de la época, cuando las centrales nucleares (como la que da vida al
Springfield de los Simpson) eran el tema y el temor en boga. Sin embargo,
aparte del contexto históricos social en que fue escrito “El Estado Nuclear”,
cabe destacar que hay temores que o bien ya se han cumplido (cual novela de
ciencia ficción) o estamos precisamente al borde de presenciarlos.
Si
alguien encuentra esta joya del periodismo de investigación, se los recomiendo.
Soslayando el tiempo y forma en que fue publicado (Ed. Grijalbo, Serie
Crítica). Tal vez, sin proponérselo, el autor (cuya intención era dar la voz de
alarma ante una amenaza que desafortunadamente se sigue cerniendo ominosa e
inexorablemente sobre la humanidad), nos lleva a momentos con golpe dramático
incluido, que o conmueve por su inocencia ante el clamor de un mundo “libre del
yugo atómico” o que nos llena de escalofríos al ver que sus aparentemente paranoicos
temores, ya están aquí y ahora, a la vuelta de la esquina.
Simplemente,
sustituyamos la palabra “Estado” por “Corporativo”, pongamos en contexto los
hechos del libro… Y nos daremos cuenta que Mr. R. Jungk hace casi 40 años lanzó
al mundo una advertencia que no debemos dejar de escuchar, por anacrónica e
idealista que parezca.
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