Vigilar la coherencia y verosimilitud de una historia. Eso es lo que le piden a cualquier editor, de libros, revistas o guiones. En el caso de la TV, eso funciona exclente para las series, donde al menos tienes una semana para checar un libreto de una hora; pues se transmite un episodio a la semana.
En el caso de las telenovelas, el proceso cambia, pues salimos de lunes a viernes con un capítulo nuevo; y a veces a los escritores escriben lo que saben de temas en realidad no conocen, planteando lo que a su vez han visto en pelìculas. Retroalimentación pura.
La mayoría de las veces todo se arregla con una rápida verificación en el internet con una fuente confiable; pero no falta el guionista que te requiera "voluntariamente a fuerzas" que hables en persona con un doctor, albañil, psicòlogo, ingeniero, agente del MP, panadero, etc.
Platicar en persona con los expertos no molesta, lo que frustra es que al final del día, ya viendo que la realidad no coincide con lo que necesita el argumento para avanzar, el guionista apele al famoso "tengo Licencia Literaria" (es como la de James Bond, charola impresa y todo; y te la restriegan en la cara) y desestime tu trabajo de investigación.
A fin de cuentas, te responden: "Vamos dirigido a un público clase D+, y C- con una escolaridad promedio de primero de secundaria, ¿quién podría notar la coincidencia entre "casualidad" y "causalidad"?
Así, tuve que dejar de lado el rigorismo fáctico para centrarme más en los contenidos emocionales del argumento; no vaya a ser que pase lo que a una gran escritora, cuyo productor entró en la histeria al ver que Bob Esponja le ganaba en rating a su novela.
¿Qué fue lo que pasó? Que la escritora, buscando verosimilitud, buscaba cierto tipo de arácnido que pudiera transmitirle una enfermedad a la protagónica... pero la paciencia se le acabó al productor, y despidió a la guionista.
- ¿Por qué me quitas la novela? - preguntó ella.
- ¡Porque en tu historia no veo amor, sólo hay arañas! - respondió él.
Todo depende de la convención dramática que se establezca desde el planteamiento de la historia, y del pacto implícito con el publico en la denominada "suspensión de la incredulidad". Si vamos a ver una película de Alfred Hitchcock ya tenemos una idea de universo narrativo al que vamos a jugar imaginariamente, su genialidad en parte era de partir de lo cotidiano y de repente zas, al misterio y la intriga. Pero en algunas telenovelas empezamos con ciertas "leyes" de cómo se rige dicho mundo y luego los guionistas las rompían por mera laxitud, y se notaba.
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