Tía María que estás en el cielo, te lo pregunto A TI; pero sé que ya no me podrás responder. ¿Tú pediste eso? Sí, sé que temías llegar a la edad de mi abuelita Soco (96 años) pero tú tenías 3 hijos y un amado esposo que iban a cuidar de ti... pero entre más me pongo a investigar sobre las circunstancias de tu misterioso y súbito deceso, más me pregunto si realmente conocemos a los familiares cercanos que nos rodean.
No sé (bueno sí sé, pero ya no importa) porqué mi tío Jesús te engañó con una académica de la UACh y con mujerzuelas, contagiándote del papiloma humano; así fue como descubriste que te era infiel (tú, hasta donde yo sé... vivías siempre encerrada en tu cuarto, bebiendo un caballito de tequila antes de dormir).
Déjame decirte que poco a poco me voy percatando de que tu marido es un miserable de doble moral; imagínate: la última discusión que tuvo con mi madre la insultó con las peores palabras que se le pueden decir a una mujer liberada sexualmente; poco faltó para que a mí también me dijera lo mismo: "el put* hijo de una put*"
¿Realmente tú pediste morir así? ¿Con una inyección letal? Mi tío y mis primos no te llevaron al hospital de siempre... llamaron a un médico secreto, de la capital, especializado en "casos difíciles".
Sé quién te puso la inyección: uno de tus hijos, el mayor. Dicen que moriste entre convulsiones; pero lo más extraño de todo es que MORISTE EN TU CASA, que tu cuerpo lo sacaron con la mayor discreción posible por el famoso portón (usando sólo la puerta). NO SE TE REALIZÓ LA AUTOPSIA de rigor, el mismo doctor militar que estuvo presente la tarde de tu muerte expidió el certificado de defunción, te velaron una noche y en la madrugada fuiste a dar directamente al crematorio.
¿Fuiste víctima o victimaria? ¿Por qué se llevaron el recipiente con tus restos la tarde siguiente a reposar al lado de los de tu madre? ¿Por qué ni mi tío Jesús, ni tus hijos Jesus Jr. y Axa; vamos, ni siquiera tu hija Ena te acompañaron hasta el cementerio de Atlixco? Da la impresión de que si fuera legal, habrían mandado tu urna por paquetería a Puebla...
No hubo moño negro en el portón, ni misas para recordarte... ¿Por qué tanto secretismo alrededor de tu deceso? Irónicamente, al velatorio y a la casa del Chamizal llegaron decenas de académicos de la universidad a darle el pésame a la familia. Y cinco hermosas coronas de flores se quedaron en el pasillo de la entrada hasta que se marchitaron.
¿Quisiste decirle algo con la mirada a mi hermano, que llegó sólo para verte morir? ¿Pedirle perdón por haberle mentido, por haberle dicho que el defecto físico con el que nació fue causado por que mi madre quiso abortarlo... y no por la rubeola con que la contagiaron sus alumnos cuando ella estaba encinta?
¿O sólo te diste cuenta demasiado tarde, con horror, que engendraste y criaste seres capaces de administrar tu propia muerte para quedarse con tu herencia?
Tal vez eso explique porqué tu hijo Jesús Jr. buscó la menor oportunidad para "desterrar" a mi hermano (porque el INTUYE que algo siniestro ocurrió)... y el porqué luego tu hijo Axayacatl le arrebató las llaves del portón a mi madre... Y el porqué siempre ese silencio de mi tío, ahora viudo; ese sospechoso silencio de decano de la Facultad, que aspira a ser Rector de la UACh.
Sí, la maldad está desatada por el planeta; y nosotros los Cuevas Sánchez/Coeto sólo somos una minúscula parte de esa miseria moral; digna de una mala historia policíaca; una trama mal trazada, mal estructurada. Una familia disfuncional como tantas hay en el mundo.
La mentira y la intriga son parte intrínseca de la naturaleza humana. Un despojo por ambición es ilegal; pero el matricidio es un crimen paradójico y brutal. Además de penado por la ley.
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