domingo, 10 de octubre de 2010


Genoma, de Matt Ridley.

Esta obra de divulgación científica tiene como título alternativo "La Autobiografía de una especie en 23 capítulos"; en alusión a los 23 pares de cromosomas que posee un individuo normal de la especie humana. Se entiende que la intención del autor de este libro, el zoólogo Matt Ridley, es dar a conocer las implicaciones más importantes generadas por el mapeo genético de nuestra especie.

El método didáctico empleado por el autor consiste en asociar a cada par de cromosomas un concepto "filosófico" o "cotidiano" relacionado con la característica que comanda un gen específico perteneciente a dicho par de cromosomas; entre algunos de los capítulos que podemos encontrar, tenemos "vida", "destino", "instinto", "sexo", "muerte" entre otros.

Por cierto, el libro carece de ilustraciones o dibujos alusivos al tema (ni siquiera aparece el típico modelo de la doble hélice de la cadena de ADN), lo cual es comprensible porque se supone que este libro va dirigido a lectores con ciertos antecedentes generales en el tema y no es para principiantes.

Obviamente, el hecho de que sólo se encuentre texto, es porque se trata de una disquisición que parte de fenómenos naturales (la herencia), pasa por teorías científicas (la genética) y termina en reflexiones filosóficas sobre la ontología del ser humano.

DESTINO: ¿Se habrá inspirado "House M.D." en este libro para el personaje de la doctora "13"?

En el capítulo llamado "Destino", se habla sobre una enfermedad genética (degenerativa, y hereditaria) del sistema nervioso llamado Corea de Huntington, ahora detectable mediante una prueba sanguínea; uno de los pasajes que me llamó la atención fue el de una mujer (cuya madre murió de esta terrible enfermedad), la cual se mandó hacer los análisis correspondientes para saber si también sería víctima de este padecimiento; el punto es que ella declaró que se suicidaría en caso de que el resultado fuera positivo, pues preferiría morir por su propia mano antes que soportar la agonía de un padecimiento tan atroz.

Lo anterior planteó un problema ético para el doctor que le entregaría los análisis a la paciente,
pues la hermana de ésta lo había prevenido sobre las intenciones de la mujer.

Este es un ejemplo de cómo la ciencia ahora puede ayudarnos a conocer (en parte) lo que nos depara nuestro destino individual, pero también nos muestra las responsabilidades implícitas de dicho conocimiento. ¿Estaremos preparados para asumir esa carga existencial?

INTELIGENCIA: En el capítulo de "Inteligencia", se debate si ésta es heredada o adquirida, así como se desmitifica la supuesta veracidad de las pruebas estandarizadas para medir el coeficiente intelectual, pues aunque se sabía que aunque dichos test tenían un sesgo cultural, este hecho no se había querido reconocer.

La propuesta del autor de Genoma es que tanto la herencia como el ambiente tienen influencia en la conformación de la personalidad de una persona; de hecho, esta relación causa-efecto se da en ambos sentidos, pues así como los genes proporcionan un bagaje concreto de características a expresarse en el individuo, también el ambiente puede determinar que genes se expresan y cuales no, conforme la persona se va desarrollando. A su vez, los genes responden a los estímulos del medio ambiente, en un mecanismo de retroalimentación.

Para mí, es obvio que en el caso particular de la inteligencia abstracta, aunque una persona tenga una gran capacidad para resolver problemas matemáticos, si no recibe la alimentación adecuada durante el periodo más crucial para el desarrollo de su cerebro, esta capacidad no se manifestará; si no, que le pregunten a los Einsteins y Shakespeares en potencia que se están muriendo de inanición en África.




COMENTARIOS.

De la lectura, se puede inferir que hay un subtexto filosófico que apoya el determinismo biológico-social, aunque en el último capítulo el autor del libro trata de demostrarnos que esa no es su intención, por lo que distingue entre los conceptos "determinismo" y "fatalismo". Sin embargo, el razonamiento del "La Tenaza de Hume" siempre está presente:

LA TENAZA DE HUME: "O bien nuestras acciones están determinadas (en cuyo caso no somos responsables de ellas), o bien son el resultado de acontecimientos fortuitos (en cuyo caso tampoco somos responsables de ellas)."

El autor cierra el libro con la siguiente reflexión : "Si queremos creer en la libertad, entonces es preferible estar determinados por fuerzas que se originan en nosotros mismos [determinismo genético] y no en otros [determinismo social]."

A partir de este comentario, yo creo que el conjunto de descubrimientos realizados por el proyecto Genoma ya pueden irse incluyendo en la sabiduría a la que alude la sentencia socrática ‘conócete a ti mismo’.

REFLEXIONES FINALES

En nuestra época actual, donde los conceptos que la ciencia utiliza para referirse a sus objetos particulares de estudio se filtran hacia otras capas de la vida en sociedad, donde la tecnología (consecuencia de la actividad científica) parece invadir cada vez más nuestra vida cotidiana, pareciera que el ánimo reduccionista-mecanicista cobra un nuevo impulso.

Al parecer nuestra "compleja" existencia puede ser explicada por un número concreto de variables (a saber, los cuatro aminoácidos que forman la cadena del ADN: la adenina, la guanina, la citosina, y la timina) que al colocarse en un determinado orden combinatorio (el código genético), provocan lo que en la teoría del caos se denomina una "interacción tercer grado" o que tienen su símil en las llamadas "condiciones iniciales" de una ecuación diferencial; es decir, un mínimo y sutil cambio en los valores de estas condiciones provocan resultados completamente diferentes.

Por otro lado, está la tendencia que tiene el conocimiento científico de ir absorbiendo lo que por tradición se considerara del ámbito de las humanidades: por ejemplo, el fenómeno llamado "amor" en manos de la biología se reduce a las interacciones químico-eléctricas en el cerebro en una relación estímulo respuesta con el medio ambiente.

Es decir, temas como "libre albedrío", "inmortalidad", y "egoísmo" ya no son temas exclusivos para filósofos, sino también son materia intelectual para los biólogos moleculares.

¿Dónde termina la "interpretación científica" del hecho y donde comienza la "especulación filosófica" a partir de dicha interpretación científica?

¿Cómo es posible que un científico abandone la torre de marfil de su laboratorio para venir darnos un discurso sobre el libre albedrío del ser humano?

Tal vez esto sea la señal de un anti renacimiento, porque la ciencia nos está devolviendo una imagen mecanicista de nosotros mismos y de nuestro insignificante lugar en el universo
, pues los recientes descubrimientos biológicos nos están permitiendo auto conocernos sin necesidad de recurrir a tesis rebuscadas (recuérdese la Navaja de Occam, que de buenas a primeras rasuraría toda la teoría Freudiana).

Tal vez así de una vez por todas descubramos que las respuestas a las preguntas trascendentales que todos los seres pensantes nos hacemos son más sencillas de lo que suponíamos… aunque tal vez dichas respuestas no sean tan antropocéntricas como hubiéramos deseado, y no concuerden con nuestra visión teleológica de las cosas.

CONCLUSIÓN
. Con la lectura de esta obra, queda claro que la divulgación científica va más allá de la simple difusión de información perteneciente a una teoría, pues en el momento mismo de la ejecución de dicho acto de comunicación se van infiltrando supuestos filosóficos de carácter meta-científico.

En el libro analizado, el autor asume con plena conciencia el uso de dichos supuestos, los hace visibles, y acepta la polémica que el tema provoca… asunto que no siempre sucede en otros libros de divulgación, que quieren hacerse pasar como transmisores de un conocimiento "científicamente comprobado", y por ello, completamente verdadero y objetivo.

BIBLIOGRAFÍA
: Ridley, M. Genoma, la autobiografía de una especie en 23 capítulos. Ed. Grupo Santillana; México, 2000. 388 páginas.

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