La única espinita que me queda al respecto, es sobre una integración de producto... y no, no fue de alimentos chatarra, ni de teléfonos celulares, ni de toallas sanitarias: fue sobre una vacuna.
Aclaro: yo estoy a favor de los esquemas de vacunación del estado; tampoco recomiendo a los que esto leen que dejen de vacunar a sus hijos o a ellos mismos en caso de ser necesario.
Sin embargo, para cierta telenovela juvenil, hicimos una integración argumental (sí, dentro de la trama y todo) a favor de un producto farmacéutico: una vacuna contra el papiloma humano.
Una de nuestras protagonistas adolescentes hablaba con sus padres sobre la importancia de esta medida preventiva y la llevaban al doctor; luego, la vacunaban.
Hoy, años más tarde, empieza a salir en las noticias que dicha vacuna, cuando la promovimos, todavía NO estaba aprobada por la FDA en los EUA: y que la propia creadora de la vacuna AÚN tenía sus dudas sobre la efectividad de dicho producto. Es más, hay rumores de efectos secundarios graves por la aplicación de dicha vacuna.
Y es entonces cuando te sientes parte de un complot tipo la película "El Jardinero Fiel": donde usan a los habitantes de África para hacer estudios de doble ciego para probar una vacuna contra el VIH; sin avisarles a los sujetos del experimento en cuestión, claro.
Mi único consuelo es que esas escenas sólo fueron exhibidas en su transmisión en México; y que fueron removidas para su versión internacional. O al menos, eso me dijeron.
Nuevamente, quedan al descubierto los acuerdos implícitos entre las grandes corporaciones y las multinacionales; no es lo mismo promover el consumo de un cereal fitness, que la aplicación de una vacuna todavía en estudios experimentales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario